“Fue un norteamericano que su gran pasión era crear en miniatura
poblados por donde pasaba el tren, se levantaba una carpa de circo, crecían las
lechugas… fascinada a las personas como
su creatividad daba realidad en pequeños
formatos. Su vida la dedicó a ello, pendiente de que nada fallara, que todo funcionara en este mundo mágico de
maqueta. No dormía pensando sobre que
iba a pasar con todo aquello cuando el falleciera, quien iba a preocuparse de que el trencito anduviera, tocara la bocina,
lanzara humo, las lechugas se abrieran, etc. etc. vivía pensando en el futuro
de su legado, sin disfrutar de su
creación. Falleció sin saber gozar sus pequeños mundos…” En medio de la conversación Hrvoj me cuenta
esta historia que leyó por ahí, mientras yo entusiasmado con esta Caja de Pandora
que me abría, de donde salían más y más
aportes a la cultura local. Ya sabemos los
iquiqueños que entre otros aporte donó a la ciudad la Plaza Croata,
preocupándose que las plantas estén protegidas, crezcan sanas y que los patitos
estén impecables, como de la restauración, implementación y
decoración detallada del Club Croata,
centro social deteriorado por años.
A este iquiqueño, al cual me
refiero, lo encuentro en una actividad
cultural quien me comenta si leí el último ejemplar de la “Revista Iqueique” –van
4 ya- donde sale un artículo sobre el
Teatro Regional escrito por Iván Vera-Pinto, le digo que no se de esa revista, me comenta que tiene una editorial “Pino Oregón”
donde la editan. Quedo de ir a conocer ese “localcito” al lado
del Laboratorio Clinicum donde allí se venden.
Voy al atardecer, no veo ningún
localcito abierto, me bajo del auto, pienso “debe estar cerrado por la hora”, busco, solo encuentro al lado del laboratorio una casona antigua
restaurada, impecable, con una gran mampara con dos bellos vitrales, un pequeño
letrero que dice “Centro Cultural Doña Vicenta”. Debe ser acá, me pregunto. Leo más: Imprenta Osar,
Editorial Pino Oregón y Radio Buen Gusto. Nada de esto tenía conocimiento, a nadie le
había escuchado comentar de aquello, toco el timbre, me abre la puerta el hijo
Croata, agradecido de Iquique, Don Hrvoj Ostojic Peric, de apellidos muy
reconocidos.
Fue enorme la bienvenida
sorpresa, la casa estaba impecable, restaurada, de grandes y altos espacios con
un salón para 60 personas para pequeños eventos, luego la gran sala donde una
secretaria trabaja en la digitalización de los textos, una vitrina con las
publicaciones de la Editorial, que rescata todo lo nuestro, historia y
tradiciones en fina textura, imágenes y contenidos. Seguimos, me abre una puerta de metal de dos hojas donde aparece la imprenta, con
dos modernísimas maquinas digitales, enormes, computarizadas donde se imprime
limpio y pulcro con las ordenes de la secretaria. Aquí no queda la visita, luego se pasa otro
gran espacio donde se encuaderna, con tapas duras y de cualquier tamaño,
continuamos por la gran casa a otra pieza donde los libros se cosen, única
maquina en la ciudad, todo limpio, ordenado mientras yo maravillado por la
existencia de esta opción en la ciudad. Pasamos a su oficina en la entrada de la casa,
ambientada de época salitrera con mapas
únicos del antiguo Iquique, me muestra las futuras publicaciones. Continuamos en la conversación contándome de
su radio digital que se trasmite ahora por internet, “Radiobuengusto.cl” yo ya estaba en éxtasis al ver todo bien hecho,
como deben hacerse las cosas, sin mezquindades
y ver sobre todo como él gozaba de que me maravillara por sus aportes. Me cuenta que también hace entrevistas en la radio… pregunto
incrédulo ¿y cómo? “tengo un estudio” me responde, vamos a verlo. Otra sala como la
mejor habilitación de radio de la ciudad, con los equipos más modernos, locutario,
antiruido, etc. explicándome que para Iquique no hay frecuencia abierta, pero
que compró una frecuencia en Pica para pronto trasmitir buen gusto por toda la
pampa.
Iniciativas privadas de esta
envergadura hay que darlas a conocer. Con su humildad filantrópica a Hrvoj la
pachamama le dará mucha vida para
disfrutar del gozo terreno, “lo que pase
después me da lo mismo, si voy a estar muerto”, me respondió.